Este film de animación fue dirigido por Aleksandr Petrov, quien adaptó la novela del mismo nombre del escritor estadounidense y Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway.
La técnica utilizada para esta pieza es la de animación sobre placas superpuestas de cristal, y pintadas con óleos de secado lento. No es una técnica que por primera vez se haya utilizado con El viejo... , ver Maly Western (1960), del polaco Witold Giersz, y muchos otros filmes de animación rusos y eslavos.
Sin embargo, si uno compara este corto con otros realizados con la misma técnica, muestra el nivel de maestría y dedicación a la que se puede llegar con ella, muy aparte de que se hayan utilizado camaras IMAX para filmar los más de 29,000 cuadros.
El trazo visible del óleo -algunos ejecutados con los dedos-, el tipo de vínculo entre los personajes, algunas tomas que aclaran espacios lejanos o profundos, y la luminosidad y la música, cargan a este corto de una variada sentimentalidad que trasciende la épica humana de la lucha y la derrota tras entregarlo todo, a favor de una plasticidad y de un expresionismo que juega con los límites de una narración realista.
Esta producción ganó el Óscar al mejor corto animado en 1999, asimismo el Grand Prix en el Annecy International Animated Film Festival, así como otros importantes reconocimientos.
Bonus: Faulkner acerca de El viejo y el mar de Hemingway:
"His best. Time may show it to be the best single piece of any of us, I mean his and my contemporaries. This time, he discovered God, a Creator. Until now, his men and women had made themselves, shaped themselves out of their own clay; their victories and defeats were at the hands of each other, just to prove to themselves or one another how tough they could be. But this time, he wrote about pity: about something somewhere that made them all: the old man who had to catch the fish and then lose it, the fish that had to be caught and then lost, the sharks which had to rob the old man of his fish; made them all and loved them all and pitied them all. It’s all right. Praise God that whatever made and loves and pities Hemingway and me kept him from touching it any further"